Esta fotografía la hice hacia mediados de octubre de 2011. La estuve observando durante casi dos meses desde que la vi por primera vez. Casi una hora de coche y otra media hora de caminata con todo el equipo a cuestas mereció la pena. Desde aquel primer día siempre que volví a ese apartado lugar pude observarla, aunque siempre de lejos. Aunque yo cambiara de posición, cada vez parecía "jugar" conmigo, pues siempre aparecía y desaparecía por sitios distintos. Hasta aquel 15 de octubre, cuando -justo al poco de amanecer, a eso de las 8:25 a.m.- tuve la gran suerte de pillarla a una distancia que me permitió tomarle algunas imágenes más próximas. Al día siguiente, y al siguiente volví a intentarlo de nuevo, y lo seguí haciendo varios fines de semana. A veces me quedaba embobado mirándola, sin poder pestañear casi, porque resultaba una auténtica gozada ver a este precioso animal sumergirse una y otra vez, masticar cangrejos y peces, y mostrar esas simpáticas expresiones tan características.
No olvidaré nunca los programas de F. Rodríguez de la Fuente, en los que se nos ofrecía la más tierna y cruda realidad del ciclo vital de estos seres que pueblan nuestros humedales. Esperemos que la presencia de las Nutrias se mantenga por mucho tiempo en este y en otros ríos y humedales de nuestra geografía. Al menos, mientras sus aguas no se contaminen como las de la imagen que muestro aquí. En ella se observan las manchas que durante casi dos horas aparecieron en ese lugar, arrastradas por la corriente.
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