2012
Desde el mes de noviembre he ido preparando, en una pequeña parcela familiar, un sencillo aguardo con el fin de realizar fotografías a las aves que pueblan la zona. A unos tres o cuatro metros del mismo dispuse un comedero en el que he ido colocando alimento casi a diario.
No son muchas las especies que, hasta la fecha, han entrado en el comedero. Sobre todo se observan Verderones, Currucas, Mosquiteros, Tarabillas, Gorriones, Petirrojos y Carboneros. Otras especies merodean por los alrededores, pero se resisten aún a entrar: Alcaudones, Abubillas, Urracas, Jilgeros... Pero hay un ave que se ha llegado a posar unas cuatro veces, especialmente por la tarde: el Arrendajo.
Sin embargo, las más asiduas son las Currucas, tanto el macho como la hembra. A veces casi no me ha dado tiempo a sentarme dentro del aguardo, tras haber puesto la comida. Aún no he colocado la cámara sobre el trípode o el monopié y ya están uno de los dos frente a mí. A intervalos de unos 10 minutos aparecen la "curruca" o el "curruco", precedidos de su peculiar trino. El más receloso resulta el simpático Petirrojo, al que nada más aparecer en escena se apresuran a expulsar del comedero las Currucas. Es como si esta ágil e inquieta "pareja" se hubiera adueñado del mismo.
Curruca y curruco
En esta imagen vemos a la Curruca Cabecinegra tomando posiciones en el comedero, mientras el macho se ha posado en primer término (de ahí el desenfoque), a la espera de que -una vez que ella coma- él pueda dar buena cuenta del alimento. Siempre suelen aparecer uno tras el otro. Son las aves más rápidas en entrar en el comedero. Hace unos días incluso los he tenido delante de mí, posados en una rama a sólo unos tres metros esperando que colocacase la comidad. De hecho, coloqué un poco de magdalena sobre la palma de mi mano abierta y la hembra estuvo a punto de posarse, pues se acercó y se mantuvo a sólo unos veinte centímetros suspendida en el aire. Son aves tremendamente confiadas.
Curruca hembra con mi vieja D50
Después de tres años y pico y miles de fotos, la D300 se me rompió en enero de 2012 (el espejo se quedaba bloqueado). Así que tuve que enviarla a Finicon-Madrid, para que la reparasen. La D600 aún tardaría en salir y mientras tanto, mereció la pena el coste que este arreglo supuso, pues estamos hablando de una SLR de gama profesional que me ha dado muchas satisfacciones y espero que -una vez que ya ha sido arreglada- me las siga dando. Mientras tanto, tuve que tirar de mi vieja D50. Con el 70-200 y el duplicador, sobre trípode, esta cámara de sencillo manjeo va de maravilla. Esta foto fue tirada con poca luz, a eso de las cinco y media de la tarde de un frío 31 de enero.
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